Reconozco que en ocasiones, cuando tengo debilidad por ciertos escenarios o personas pierdo todo mi sentido crítico. La película “A Single Man” tenía todos los ingredientes para que esa hora y media se me pasase volando y terminase con una sonrisa de boca a oreja dibujada en mi rostro.
Que el reparto estuviese encabezado por Colin Firth y Julianne Moore presagiaba un duelo interpretativo cuanto menos interesante (soy un aútentico fan de la pelirroja) y el hecho de que el film estuviese dirigido por un diseñador de moda al que tanto admiro y respeto como es Tom Ford era ya la guinda del pastel para un éxito prácticamente asegurado.
A pesar de ser una película con un ritmo pausado y escasa en diálogos, el empeño que Ford ha puesto en cuidar hasta el más mínimo detalle y la excelente dirección de fotografía a cargo del barcelonés Eduard Grau, componen una elegante y bella historia acerca de la aceptación y la auto-reconciliación en la ciudad de Los Ángeles a comienzos de los 60. Sobresaliente interpretación de Colin Firth, que da vida a un profesor homosexual que no consigue superar la muerte de su joven amante.
Esperemos que la opera prima de Tom Ford no se quede sólo en eso y que próximamente nos deleite con otro pequeño gran regalo en forma de alta costura cinematográfica.